lunes, 17 de octubre de 2011

Los sueños del sapo

Una tarde un sapo dijo:
-Esta noche voy a soñar que soy árbol.
Y dando saltos,llegó a la puerta de su cueva. Era feliz; iba a ser árbol esa noche.
Todavía andaba el sol girando en la rueda del molino. Estuvo un largo rato mirando el cielo. Después bajó a la cueva; cerró los ojos, y se quedó dormido.
Esa noche el sapo soñó que era árbol.
A la mañana siguiente contó su sueño. Más de cien sapos lo escuchaban.
-Anoche fui árbol-dijo-; un álamo.Estaba cerca de los paraísos. Tenía dos nidos. Tenía raíces hondas y muchos brazos como alas; pero no podía volar. Creí que lloraba, pero era la lluvia. Siempre estaba en el mismo sitio, subiendo, con las raíces sedientas y profundas. No me gustó ser árbol.
El sapo se fue; llegó a la huerta y se quedó descansando debajo de una hoja de acelga.
Esa tarde el sapo dijo:
-Esta noche voy a soñar que soy río.
Al día siguiente contó su sueño. Más de doscientos sapos formaron rueda para oírlo.
-Fui río anoche- dijo-. A ambos lados, lejos, tenía riberas. No podía escucharme. Iba llevando barcos. Los llevaba y los traía. Eran siempre los mismos pañuelos en el puerto. La misma prisa por partir, la misma prisa por llegar. Descubrí que los barcos llevan a los que se quedan. Descubrí que el río es agua que está quieta; es la espuma que anda; y que el río está siempre callado, es un largo silencio que busca las orillas, la tierra para descansar. Su música cabe en las manos de un niño-, sube y baja por las espirales de un caracol. Fue una lástima. No vi una sola sirena; siempre vi peces; nada más que peces. No me gustó ser río.
Y el sapo se fue. Volvió a la huerta y descansó entre cuatro palitos que señalaban los límites del perejil.
Esa tarde el sapo dijo:
-Esta noche voy a soñar que soy caballo.
Y al día siguiente contó su sueño. Más de trescientos sapos lo escucharon. Algunos vinieron desde muy lejos a oírlo.
-Fui caballo anoche-dijo-. Un hermoso caballo.Tenía riendas. Iba llevando a un hombre que huía. Iba por un camino largo. Crucé un puente, un pantano; toda la pampa bajo el látigo. Oía latir el corazón del hombre que me castigaba. Bebí en un arroyo. Vi mis ojos de caballo en el agua. Me ataron a un poste. Después vi una estrella grande en el cielo; después el sol; después un pájaro se posó sobre mi lomo. No me gustó ser caballo.
Otra noche soñó que era viento. Y al día siguiente, dijo:
-No me gustó ser viento.
Soñó que era luciérnaga, y dijo al día siguiente:
-No me gustó se luciérnaga.
Después soñó que era nube,y dijo:
-No me gustó ser nube.
Una mañana los sapos lo vieron muy feliz a la orilla del agua.
-¿Por qué estás contento?- le preguntaron.
Y el sapo respondió:
-Anoche tuve un sueño maravilloso. Soñé que era SAPO.

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